Cuando se pensaba que latinoamérica habia superado la época de la barbarie, nuevamente un golpe de estado nos regresa, como en una odiosa máquina del tiempo, a nuestro pasado de repúblicas bananeras. Como antaño, las desmesuradas ansias de poder, y la sombra del intervencionismo, vienen a conspirar contra la libre determinación, contra la democracia, y el derecho que tienen nuestros pueblos de construir su propio destino.
Los pueblos y gobiernos todos de América Latina, dejando al margen sus inclinaciones ideológicas, deben cerrar filas y condenar este grosero atentado contra la voluntad popular y exigir la restitución del gobernante democráticamente elegido.
¡GORILAS A SUS JAULAS!
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