viernes, 5 de agosto de 2011

CRIMEN Y PERDON

Los diarios nos traen noticias a veces terribles, … ¡generalmente terribles!.
Hace poco dos hechos dieron la vuelta al mundo, dos hechos que nos deben invitar a una reflexión.
El primero el asesinato en masa de parte de un fanático, diz que cristiano, en Noruega, bajo el argumento de la eliminación de los musulmanes de Europa.
He leído una nota interesante de cómo fueron precisamente Vikingos noruegos los que trajeron el cristianismo a América, siglos antes que Colón desembarcara en el Nuevo Mundo.
La otra noticia que también ha causado conmoción es la de la mujer musulmana que fue desfigurada y dejada ciega por su pretendiente, y que ante el castigo que le podía infligir a su agresor merced a la ley islámica del Talión (ojo por ojo), simplemente… ¡lo perdonó!
Vivimos bombardeados en occidente por propaganda anti musulmana, en una guerra interminable llena de odios, en donde siempre los buenos son los occidentales “defensores de los valores cristianos” y los malos, los otros… los terroristas musulmanes, los barbaros fanáticos que nos quieren llevar a una tercera guerra mundial.
Y puesto que el fin justifica los medios, no interesa mandar marines, a matar a un terrorista como Bin Laden, o perseguir a muerte a un sanginario Mohamar Gadafi, o condenar a muerte a un autócrata genocida como Mubarak, todo sea por conservar la supremacía de nuestros valores occidentales y cristianos en desmedro de otras culturas y pueblos. La teoría y práctica del más fuerte.
Me pregunto si los malvados musulmanes, serían tan malos y dignos de agresión, si es que sus países no tuvieran la desgracia de tener las mayores reservas de esa fuente de energía que es el petróleo y que tanto necesita occidente para seguir su loca vorágine consumista.
Creo que es hora de decirle no a la manipulación informativa de las grandes potencias, y no permitir más ataques a pueblos como el musulmán que también tienen derecho a la vida, a la dignidad y a la libertad.

miércoles, 13 de julio de 2011

NOCHE SANMARQUINA

Como cruel signo de desesperanza
sombra que emerge en medio de la noche
por entre los autos estacionados,
son faros de tenue luz mortecina
esos ojos grandes del niño pobre.

Yo con mi pobre paquete de galletas
esperando el "burro" que no llega aún
en la gélida noche sanmarquina
en este invierno oscuro y sin estrellas.

Y no me dices nada...
pero yo oigo en tu mano estirada
y en tus negros ojos tristes
el lejano rumor de tus tripas vacías
(¡conozco tan bien ese lamento!).

Y el burro que no aparece aún.
en esta noche de orfandad,
de nubes y de lluvia,
de caras lánguidas
de nuevos hambres
de niños hombres
que cuidan carros
tan lejanos de sus sueños
de niño pobre.

Caigo en la cuenta que no es hora
de “coguitar” sobre revoluciones redentoras
porque tu no quieres mis filosofías
sino, simplemente, mi paquete de galletas
que - ¡bueno! - esta vez callarán otro hambre.
(19/11/82)

miércoles, 23 de febrero de 2011

UNA MUESTRA DE HUMILDAD

En el verano del año 2001 llegué a la ciudad boliviana Cobija.
Fue toda una aventura que empezó en Abancay a finales del 2000, cuando con Armando y Jesús, dos comerciantes libreros, decidimos emprender el viaje cuyo destino era la ciudad de Riveralta en el departamento del Beni. Sin embargo, llegado el momento de partir, Jesús decidió no participar, por lo que con Armando emprendimos viaje al Cuzco.
Siguiendo la que ahora es la carretera transoceánica hicimos la ruta desde Urcos a Marcapata, pasando por la cordillera de Ausangate de imponentes nevados. Y desde Marcapata descendimos hacia Quincemil (curioso nombre de origen pluviométrico), luego a Mazuco, la zona de explotación aurífera de Huaypetehue, en donde las grandes dragas de la minería “artesanal” habían convertido la selva en un desierto, lo mismo que en Laberinto por donde también pasamos hasta llegar a Puerto Maldonado.
Luego de una estancia más o menos prolongada en esa ciudad donde recibimos las fiestas de fin de año, reemprendimos la marcha hasta Iñapari, ciudad de las tres fronteras, y de ahí cruzamos a Asís en Brasil donde nos esperaban 40 kilómetros de una trocha de Lodo hasta llegar por fin a una carretera asfaltada.
Guardo gratísimos recuerdos de mi estadía en Cobija, capital del departamento de Pando.
Pero hay una anécdota que quiero rescatar del baúl de la memoria, antes que el odioso alemán nos gane la batalla.
Antes que nada, debo decir que nunca llegué a viajar a Riveralta… el ajedrez me retuvo en Cobija por más tiempo del imaginado.
También el ajedrez y mi condición de profesor (o profesog, como pronunciaban mis lindas amigas brasileñas), me abrieron las puertas y los corazones de algunos notables de la ciudad, que me ofrecieron su amistad.
Entre ellos el Vicealmirante (r) Sanz, quien fue ministro de Banzer, con quien departíamos largas horas de tertulia en los atardeceres cobijeños de luces multicolores. Siempre me recibía con un vaso de whisky on the rocks, que era servido atentamente por un italiano amigo suyo, con quien el Vicealmirante bromeaba llamándolo “hombre de honor” (en alusión a la mafia).
Una de esas tardes llegaron de visita unos amigos de Sanz, un señor de avanzada edad acompañado de un sobrino suyo y otros personajes más. El señor de avanzada edad era, según me comentaron, un precursor de la aviación comercial Boliviana, algo así como un Elmer Faucett boliviano.
Después de unos tragos, había que comer, y fui cortésmente invitado.
La cuestión fue que a la hora de movilizarnos y no queriendo dividir el grupo, nos embarcamos todos en una station vagon, obviamente debían haber dos sacrificados que tendrían que viajar en la maletera. El primero en ocupar el sitio de atrás fue el italiano y cuando ya me disponía a ser el segundo de abordo, el joven sobrino del aviador, me retuvo y me dijo: “no profesor, usted va adelante” e inmediatamente se sentó en la parte posterior.
El buffet estuvo exquisito, y fue el sobrino quien asumió la invitación.
Fue después que me entere, por mi amigo hispano-argentino Juan, que este joven había resultado ser uno de los más prósperos empresarios de la zona, dueño de concesiones forestales, y si la memoria no me es esquiva, uno de los dueños de la única empresa exportadora de Castaña en toda la región (incluida Madre de Dios), el que gracias a su habilidad para los negocios, había conseguido su primer millón de dólares tan solo a la edad de 25 años.
Pero el gesto de caballerosidad y humildad que tuvo aceptando viajar en situación incómoda por ceder el asiento a un foráneo desconocido, es para mi manera de ver las cosas, lo que hacía de este empresario un verdadero líder.
Conozco algunos empresarios nacionales que si su capacidad fuera tan grande como su altanería y su soberbia, sus empresas tendrían mejores resultados.
Recuerdo también lo que me comentó en aquel momento, al saber que retornaría a Lima a votar por Toledo: “No sabes el error más grande que cometen los peruanos al votar contra Fujimori… ya vendrás de acá a cinco años a contarme como esta tu país”.
Después de todo nada es perfecto. No se cumplió su vaticino de un descalabro en la economía peruana, no tanto por la actuación de un buen gobernante, sino por el modelo económico neoliberal impuesto desde fuera y que se mantuvo a rajatabla, incluso en el gobierno del otrora estatizador de la banca García Pérez. Y más bien, la pobre Bolivia sucumbió ante la prédica socializante de Evo Morales.
Estoy seguro, sin embargo, que como buen Camba, este buen empresario habrá estado del lado de los que quisieron dividir en dos a Bolivia.

Moquegua, febrero de 2011

sábado, 12 de febrero de 2011

VALENTIN’S BLUE

…No sé explicarme que paso,
pero de ti me enamoré…

La felicidad, alguna vez te lo dije,
no es más que pequeñas islas
sobre el mar que navegamos.

En una de esas islas me esperabas tú
y yo, sobreviviente de mil naufragios,
encalle mi nave en busca de tierra firme
en donde reposar mi fatigado cuerpo

Mal negocio, eran pantanos y arenas movedizas.

Viví no obstante, el más bello espejismo,
me deje envolver por tus cantos de sirena
a veces desafinados… pero tu risa
como collar de menudas perlas
era para mí, música de las altas esferas celestiales.

Ahora nuevamente navegando solitario
sobre mares tempestuosos y oscuros
las estrellas que me guían
tienen la luminosidad de tus ojos.

Mal negocio, la nostalgia

¿Quién tendrá la dicha de estrechar
tu cuerpo en este día?
¿A quién regalarás el sol de tu sonrisa?
¿A quién agradecerás las rosas
que no te envío?
Con quién levantarás el vaso de vino
y brindarás:…¡Por lo nuestro!

Mal negocio, los celos.

Déjame en este día de San Valentín
estrecharte en un abrazo imaginario
Abrir mi corazón como una rosa mustia
y ofrendarlo a tus pies
déjame decirte lo mucho que te extraño
y la falta que me hace tu compañía.

Buen negocio, amarte hasta el fin de los días.


MAXIMO EDUARDO
Moquegua, febrero de 2011